Hospitality - Ibi, Valencian Community, Spain
"Hay almas a las que uno tiene ganas de asomarse, como una ventana llena de sol", con estas palabras de Federico García Lorca definiría la personalidad de Rosalía, la del Molí.Su casa ha recorrido un siglo de la historia de Ibi. Fechada en 1900 , aproximadamente, sirvió en su planta baja como edificio anejo al "pouet de la neu". Allí calentaban sus manos los operarios de la nieve, pero ya en los años 30 el pozo dejó de existir. En su lugar se levantó el primer Grupo Escolar que acogió en sus aulas a niños y niñas, con independencia de sus recursos económicos, una escuela laica que es la más antigua de Ibi. A ella miraban los balcones de la casa de Rosalía, y el griterío alegre la sigue inundando todas las mañanas. Se unían a sus voces, las sirenas estridentes de las fábricas de juguetes y, hoy, aquellos sueños se almacenan en el Museu Valencià del Joguet.Rosalía y su padre, Ricardo el del molí, trabajaron la hojalata que hacía mover con cuerda los trenes, coches y aviones que no habían visto más que en el cine. Los dos, padre e hija, bajaban a pie desde el barranco de los molinos. Esas edificaciones, grandes , blancas, que se alzan en medio de las montañas, han resistido el paso del tiempo gracias al empeño de la familia de Rosalía por mantener la memoria de un pueblo. De los ocho molinos que existieron en el siglo XVI, su época de esplendor, tan sólo quedan en buen estado de conservación los dos de Rosalía: "el Molí de la tia Roseta"(su abuela), de 1547 aproximadamente y "el molí de Llapissera", (su abuelo), de 1830.Su casa, sus molinos, su memoria se seguirá asomando-como ella nos enseñó-"como ventanas llenas de sol".
reCAPTCHA
Apache
WordPress.org
Google Tag Manager
Facebook Login (Connect)
Mobile Friendly