A finales de los 60, la joven pareja formada por David Sancho y Rosa Grau, inició su aventura conjunta en dos de los frentes más importantes de la vida: se casaron y empezaron a trabajar en un proyecto que ha seguido evolucionando hasta el día de hoy:FINCAS GANDIA.David, abogado, había tenido oportunidad de tratar con clientes que demandaban consejo para gestionar sus propiedades, pero también buscaban una persona de confianza que las administrara en el día a día: Rosa.El tándem funcionó desde el principio, y el buen hacer e implicación de ambos consiguió la fidelidad de sus clientes, que con los años se convertirían en los mejores valedores de un trabajo siempre tendente a la excelencia.En el año 1993, Eva, su hija mayor, se incorporó al despacho tras finalizar sus estudios de Derecho.Rosa y Eva impulsaron la gestión patrimonial con muchísima ilusión, contando siempre con la participación de sus clientes, y entendiendo que no existen mayores éxitos que los conseguidos en equipo.Con el siglo XXI, llega la tercera generación, Mireia, también abogada, está atendiendo ya a los nietos y biznietos de los primeros clientes de FINCAS GANDIA.Como en muchos negocios de carácter familiar, la especialización acaba marcando el camino, y nuestra vocación nos ha conducido hasta nuestros objetivos de hoy: Cuidar con todo el cariño y delicadeza, y a la vez con toda la firmeza y profesionalidad necesarias, los patrimonios de nuestros clientes.Porque hemos aprendido con ellos qué hilos invisibles entretejen patrimonios con lazos familiares, con trabajos y con vidas enteras.Porque entendemos y atendemos bien lo que nuestros propietarios necesitan,Porque nos esforzamos cada día para mejorar y darlo todo a una profesión que nos apasiona.