Somos un estudio de arquitectura, pero a su vez un taller, un pequeño laboratorio, un atelier… cuya finalidad principal es velar por el bienestar de las personas.Después de pasar por diversas formaciones, además de la de arquitectura, concluimos que nos encontramos en un momento de la historia que trasciende de estilos arquitectónicos, soluciones programadas, patrones y cánones a seguir.Sentimos que estamos en un periodo de transición para la arquitectura, más allá de la revolución tecnológica, que nos deriva a orientar nuestro principal objetivo en el bienestar de los habitantes de los espacios que configuramos. La concepción espacial que surge en cada proyecto representa un paisaje social en el que los habitantes, el contexto y la naturaleza se funden en una relación interactiva, fruto del esfuerzo realizado por adentrarnos en la particularidad del individuo y de los colectivos que se conforman por grupos de estos.La particularidad de cada proyecto se basa en acotar las incertidumbres que surgen en los modos de habitar un espacio, siendo capaces de clasificar, limitar, reconocer y cuantificar los valores de los acontecimientos que surgen entre los programas estáticos que definen cada modelo arquitectónico.En una profesión en la que se produce una compleja relación con promotores privados, públicos, constructores y el resto de oficios que pasan por una obra, hemos aprendido -y continuamos en el aprendizaje- a convivir con todas las partes y moldear a su vez la propia evolución de los proyectos una vez se están llevando a cabo, intentado cada vez más flexibilizar y conciliar las diferentes posiciones, orientados siempre al usuario final para que no se pierda la esencia del concepto inicial. Cada vez más nos alejamos de la rigidez, entendiendo la evolución del proyecto como algo vivo y trabajando para evitar que intereses camuflados, que merodean continuamente nuestro trabajo, alteren el proyecto cuyo principal objetivo: el bienestar del habitante.