Perdidos en el tiempo, hemos dado por sentado los orígenes de la cocina peruana, avanzando a un ritmo que no sólo asombra a nuestra tierra, pero al mundo entero.Hemos realzado los matices, sabores y olores no sólo de nuestra puesta en escena pero de nuestra gente, nuestra cultura, nuestra realidad.Nos hemos enamorado del orgullo de ser únicos, pero a la vez hemos olvidado las raíces, el inicio del inicio.